A pesar de que el término tarima se utiliza a menudo de forma genérica para referirse a cualquier tipo de suelo de madera (tarima flotante) o sintético (tarima sintética), lo cierto es que originariamente el término se refiere a un tipo de parquet que se caracteriza por ser de madera maciza, de gruesos entre 15 y 22 mm. y colocado sobre rastreles tanto fijados a la solera como flotantes.

Las tarimas macizas se fabrican en anchos y largos variables, pero generalmente en formatos grandes, con largos que llegan hasta 3 m. o más. aunque los anchos, no llegan a los de las tarimas flotantes de gran formato.

La gran mayoría de las tarimas vienen terminadas de fábrica con el barniz deseado de cada cliente: brillo, mate, semi-mate.

Una de sus principales ventajas es que al tratarse de madera maciza mecanizada, admite muchos pulidos. Esto, sumado a su facilidad de reposición, hacen de la tarima maciza el tipo de suelo de madera más duradero de todos.

En general para las tarimas macizas de interior se pueden usar tanto maderas europeas, principalmente roble, haya, fresno, pino… como maderas de importancia: jatoba, elondo, doussie, sucupira, tatajuba, iroko…

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